
Sobreviviente de un Síndrome Mielodisplásico
Lauderhill, FL
Yo solía donar sangre por lo menos tres veces al año. Lo hacía para ayudar a los demás, y nunca me imaginé que eso conduciría algún día a que me diagnosticaran un síndrome mielodisplásico. Pero fue exactamente lo que ocurrió en el 2006, cuando la anemia me impidió donar sangre ese año.
Poco después del diagnóstico, mi médico me recetó unos ciclos de quimioterapia. Quedé estupefacto por la factura de $3,200 que esperaban que pagara, el 20% del costo que me correspondía a mí tras la cobertura del seguro médico. Fue entonces que, en el consultorio de mi médico, me recomendaron que me comunicara con la Sociedad de Lucha contra la Leucemia y el Linfoma (LLS, por sus siglas en inglés), a través de la cual me enteré del Programa de Asistencia para Copagos. Me encantó el hecho de poder comunicarme fácilmente con el personal, porque me podían hablar en español.
Estoy tan agradecido a LLS por seguir ayudándome a pagar los altos costos de mi copago hasta hoy día. Espero ganar la lotería algún día para poder devolver a la organización que me ha dado tanto.
Luis
Myelodysplastic Syndromes (MDS)